martes, 17 de marzo de 2015

La vida sin él fue distinta


La vida sin él fue distinta. Seis años juntos, una historia de amor, dos hijos y un divorcio en puerta. La pensión, la manutención, las ausencias, las llegadas tarde, los olvidos, las muestras de irresponsabilidad  e inmadurez. Y de todo al final sólo hay dos inocentes que no tendrían por qué pasar las de Caín con quien dice amarlos.

Se escribe con dolor. Sí. Ese dolor que deja el desamor. Ese dolor que muestra enojo, ira, coraje y rabia. Es el dolor del corazón, de un corazón partido en trizas por quien no tuvo más meta que ganar una medalla y el reconocimiento de la gente que lo rodea. En aquella zona de confort que te da ser el líder de algo, donde todos te quieren, te aplauden y te reconocen porque eres grande en lo que haces, porque haces que la gente cumpla sus metas y sea mejor consigo mismo. Pero nunca para ti, nunca contigo y nunca para los tuyos.

La vida sin él fue distinta. Ver la carita de dos pequeños con los ojos iluminados de amor, quienes sólo tienen bendiciones y oraciones para el ausente, el que no habla, el que no va, el       que llega tarde, el que se para el cuello y dice ser buen padre de familia, el que va a competencias, gana medallas, aplausos, abrazos y besos…. De gente ajena. Amigos quizás, pero no sus hijos.

¿Cómo le hacen para olvidar a sus hijos, para olvidar esas manitas, esa voz de ternura, esos gestos de amor, esas risas de felicidad?, ¿cómo le hacen para no estar, no llamar, no luchar, no dar para sus hijos?, ¿cómo?

No es fácil recuperar el amor propio, la confianza, la tranquilidad y la estabilidad luego de un zarpazo mortal directo al corazón. Pero saber que hay dos seres que dependen al cien por ciento de uno es lo que aún hace respirar.

El empoderamiento de alguien en esa situación se logra con pláticas de amigas, con terapias, con amor, con entrega, con ahínco, con fervor. Perdonar es la solución, siempre. Perdonarse a uno mismo, perdonar al otro.

Y ante sus círculos la parte femenina es vista como quien no lo deja en paz, como quien no le permite estar, llamar…. Y todos opinan, todos juzgan, todos dicen…. Pero la realidad…. La realidad es vista sólo por dos pequeños que están aprendiendo de las ausencias.  

2 comentarios:

  1. Vaya Chelis ... sin duda una etapa dura la que haz y estas pasando ... que difícil debe ser ... sin embargo ... solo lo que tus hijos están viviendo pondrá las cosas en el lugar que corresponden ... nada queda sin tener una reacción ... y el futuro te dará a ti la satisfacción de saber que estuviste con ellos a pesar del dolor, del cansancio, de la preocupación ... porque todo lo estas haciendo con amor ...

    Coraje Ira Odio ... sentimientos que definitivamente tienen razón de ser ... siéntelos con todo ... pero no los guardes ... tú eres mucho mejor que todo esto en lo que te han obligado a pasar ... Yo también me pregunto ... como se pueden olvidar de todas esas expresiones que son sinceras y que nacen de lo más inocente y limpio que hay en la vida ... TUS HIJOS ... bien pos ahora ... disfrútalas para ti solita y para tu mami y para los tuyos que siempre están ...

    Dios contigo Chelis ... él te sostiene en todo este proceso

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    1. Bre muchas gracias por tus lindas palabras, las aprecio en el alma. Siempre me acuerdo de ti con una frase tan cierta que me dijiste hace años, cuando nació Matías.. "Es Él quien debe ver tus acciones. Es Él quien sabe cómo y qué. Él es el testigo más importante. Nadie más". y sí. es Él, nuestro señor y nuestra madre María. Te adoro y te admiro mucho Bre.

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