Gracias Guardería 005 IMSS
Gracias Guardería 005
IMSS
México D.F. a 15 de julio de 2014
Llegué a la guardería con un bebé de tres meses, una pañalera
cuidadosamente hecha y tres mamilas Avent esterilizadas. Me regresaron las
mamilas, revisaron la pañalera y a Matías. Todo bien. A ese pequeño niño que
berreaba por leche cada tres horas exactas lo cuidaron Miss Maru, Miss
Jaqueline y Miss Claudia en sus primeros días en el turno matutino. Nunca pensé
que serían todas ellas quienes me enseñarían y refinarían el arte de ser mamá.
Era agosto de 2011. Luego de
cuatro días en adaptación, pude irme a trabajar con un nudo en la garganta, los
ojos llorosos y la conciencia tranquila: Matías estaba en buenas manos. La Miss
Maru me dijo “Usted déjenos hacer nuestro trabajo”. De la noche a la mañana
supieron cómo calmar el grito vehemente de un bebé recién nacido clamando por
brazos, por arrullos, por leche, por amor.
Matías se adaptó muy rápido al
sistema de la guardería y a sus horarios. En la sala 1 de Lactantes A, apenas
se distinguían las caritas de aquellos bebés. Recuerdo a Carlitos García quien
ha sido compañero y amigo de mi hijo hasta la sala 7.
Nadie sabe el estrés y el
sentimiento de culpa que causa llegar por tu hijo recién nacido a las 19:00, luego
que estuvo ahí 10 horas mientras tú trabajabas.
Matías Pintor Bolio empieza en
agosto de 2014 una nueva etapa: la escolar. No sé en qué momento creció tan
rápido. Tampoco sé cuándo dejó de ser aquél bebecito de la sala 1 para hoy ser
el niño de tres años que pasará al Kinder.
Yo no tengo palabras para
agradecerles a todos y cada uno de quienes trabajan y han trabajado en la
Guardería 005 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) su apoyo,
comprensión, cariño y paciencia para cuidar a mi Mati.
Gracias. Gracias porque
recibieron a mi hijo como si fuera suyo. Porque lo cuidaron y lo apapacharon
siempre que fue posible. Gracias porque, siendo totalmente sincera, creo
fielmente que sus cuidados y atención, aunque a veces exagerados, hicieron de
mi una mejor mamá y una mejor persona.
Gracias. Gracias porque le
enseñaron a mi hijo hábitos de higiene básicos para la vida. Gracias por tener
el tiempo para estar con él, para darle masajes, para cambiarle el pañal, para
darle de comer, para hacer que repitiera, para dormirlo, para cuidarlo, para
jugar con él y sus compañeros…. Para amarlo como si fuera suyo.
Gracias por impulsarlo a cantar
las canciones más hermosas que jamás oí: las que se cantan con la alegría y el
entusiasmo de un niño de 2 años.
Gracias por cuidar que el aseo en
su sala fuera exhaustivo; por tener presente que es de los niños de buen comer
y saciar su apetito voraz. Gracias por preparar sus alimentos con los más altos
estándares de calidad y sabor. Mi hijo ama la comida que ustedes le preparan.
Gracias por animarlo cuando
llegaba triste por un regaño matutino. Gracias por orientarlo y hacerle saber
que los amigos no se pegan, porque son eso: amigos.
Gracias por tener la paciencia y
el cariño para enseñarlo a bailar una canción para su mamá y su abuelita el día
de las madres. Gracias por llamarme la atención cuando algo de su pañalera o su
ropa no estaba bien.
Gracias por haberle dado sus medicamentos
cuando estaba enfermo: créanme que cuando fue así, no tuve otra opción más que
llevarlo a la guardería. Gracias porque en casos de sismo me dieron la
confianza de saber que mi hijo estaba en un lugar seguro. Me recodaron que su
infraestructura está diseñada para casos de sismo, incendio y cualquier caso
extremo. Supe que sus planes de evacuación estaban debidamente ensayados.
Gracias por decorar sus salones y
todos los pasillos con tan hermosos colgantes de acuerdo a la época. Ustedes
fueron las impulsoras para que quien escribe se aventurara a hacer disfraces
para Matías y Regina, mis hijos.
Me llevo los mejores momentos con
ustedes y mi hijo. Gracias por ser siempre un apoyo cuando llegaba corriendo
con tacones, bolsa, computadora, niño, pañalera y cobija. Gracias por darle de
desayunar aún con nuestras llegadas tarde. Ustedes saben que las mamás hacemos
malabares para llegar a la guardería y a nuestro trabajo.
No. Aún con todo esto de verdad
que no tengo cómo agradecerles tanto. Dios ha puesto en cada uno de ustedes un
eslabón de suma importancia para que mi hijo haya estado en las mejores manos.
Las mamás trabajadoras nos
enfrentamos constantemente a la pregunta de “¿Y si dejo de trabajar para
dedicarme a mis hijos?” La respuesta, aunque obvia, no logra concretarse debido
a que la economía no lo permite así.
Gracias. Gracias de todo corazón.
Gracias porque tienen en sus manos a seres humanos que no son de su familia, y aun
así llegan a amarlos. Gracias infinitas.
ATENTAMENTE:
Graciela Bolio Guzmán
Una mamá trabajadora
Ccp
Ma. Guadalupe Ibarra Gómez, Directora de la Guardería 005 IMSS
Maricela Márquez, Jefa del Departamento de Guarderías IMSS
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