Amar en los tiempos de Mamá Amparito implicaba tragar coraje, exhalar sonrisas y pelar suspiros por maridos tibios.
Amar era aguantar, tolerar...
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Matías Corredor Ciudad de México, lunes, 17 de junio de 2024 Les quitó la tierra, el lo do; los sacudió, les retiró las agujetas para después lavarlos con agua y jabón. Los talló a conciencia mientras se repetía asi misma, “todo pasa, mañana es una nueva oportunidad; esto con agua y jabón se quita.” Dejar impoluto tu uniforme, tus coasas, es una forma más de decirte te adoro, que te quiero muchisimo. Son muestras de cariño, así lo veo. Es que quizá viendo tu uniforme limpio, tus cleats limpios, tu equipo de protección limpio, quizá me entiendas que es borrón y cuenta nueva. Se aprende. Uno se enjuaga las lágrimas, y sigues. Y sigues. Y sigues, porque no hay más que hacer. Lo único constante es el cambio y a él no puedes resistirte, porque si lo haces, estás condenado a sufrir. No sé si un día logre explicar el nudo que siento en la garganta al verte en el campo jugando de corredor. Estaba acostumbrada a verte taclear, a que tiraras a cuanto jugador se te...
A punto de cumplir un año, recuerdo por qué empecé este blog. Lo empecé por ellas, por ti, por nosotras. Historias de mujeres, reales, que conozco, que he visto y que son ejemplo de vida para mi. He narrado aquí episodios femeninos de mi familia; de su Roble, Mamá Amparito, y de todas y cada una de mis tías, con sus vivencias y dolores. Escogí el nombre de La Diana Cazadora porque en la carrera de Bonafont de hace algunos años, las mujeres de mi familia nos tomamos una foto alrededor de la Diana, en Reforma. para mi, lejos de una imagen, representaba la fortaleza, entereza, alegría y entusiasmo de mi familia. Tan unidas, tan simples y a la vez tan complejas. La vida ha dejado que comparta momentos tan duros como con tía Tenssy, o mi mamá; también he visto cómo una sola palabra de desaliento o maltrato pueden devastar a una madre, y ella seguiría amando a sus hijos, porque no hay amor más grande, que el profesado por una mamá a su hijo. He visto el lazo tan fuerte que pu...
Mamá Amparito falleció en enero... un dos de enero de hace seis años. Su estado de salud había decaído en los últimos cuatro años. El roble que parecía agarrar a toda la familia, de pronto perdió fuerza y vigor. La veíamos sentada frente al televisor en esa silla blanca de plástico. Se tapaba con un chal, se acurrucaba y esos ojos azul profundo se desvanecían entre cabeceadas de sueño interminable. Tenía una programación selecta y preferida. Después de tomar su café con leche y pan dulce, en esa taza color verde que aún conservamos, se paraba de la mesa para ir directo a la sala, donde reposaba el almuerzo y veía la televisión en el canal 11. Terminaba algún programa y/o película y entonces desayunaba bien: huevito, leche, pan, un guisadito del día anterior. Todo en perfecto silencio, si a caso el arrastrar de sus chanclitas rompía el sigilo de su cálida casa. De pronto recordaba alguna vieja canción y la silbaba, en algunas partes la entonaba a pecho vivo y volvía a silbar....
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