martes, 15 de marzo de 2011

Para ti, Mamá

A ti y a mí nos vino bien ser tan cercanas, tener un lazo tan estrecho como centro de todo. Tú callada, yo parlanchina; tú reservada, yo tan abierta; tú seria, yo risueña, tú simple... yo igual...

Así hemos pasado los mejores momentos, y también, sin duda alguna, nos hemos unido más. Aprendo tanto de ti cada día y sé también que tú de mi.

He sido tantas veces tormenta en tus brazos y laguna en tus ojos. En múltiples ocasiones me he convertido en esponjita tuya, queriendo absorber cada minuto, cada segundo que estoy contigo. Me he convertido en torbellino de emociones que sólo tú comprendes, ves y sientes a veces sin necesidad de decirte nada.

Me sorprende la candidez con la que me dices lo que según yo es secreto y nadie más que yo, lo sabe. Intuyes mi pensamiento, mi sentimiento y mi estado emocional.

A menudo me tiembla la voz sólo de pensar que algo pueda sucederte. Me asalta el miedo y sólo quiero estar pagada a ti y disfrutarte tanto tiempo como me sea posible. 

Hoy vuelo de tu lado para formar y forjar mi propia familia. Me parte el alma separarme de ti, saberte físicamente lejos, aunque mi corazón está contigo. Lo sé porque estos pocos días que ya no estoy en tu regazo me siento hueca, vacía, sin rumbo, triste.

Atrás han quedado los interminables días en que llegar a casa y verte eran el mejor regalo que podría tener en la vida. Estoy tan unida a ti, a tu cariño, a tu ternura, tu comprensión, tu amor incondicional, tu dulzura para taparme en la noche, tus múltiples apapachos.

De un momento a otro arranqué de tajo todo y tuve que volar. Te confieso que me siento triste, vulnerable, en extremo sensible y con un gran nudo en la garganta que por más que pasan los días y las lágrimas no puedo saciar.

Hoy espero a mi primer bebé, Matías. Saber de su existencia fue una gran alegría, pasando por nervios, incertidumbre, pero en suma, mucha felicidad.

Eres mi centro, mi principio y mi fin, mamá. Eres y serás siempre la persona más importante en mi vida, quien me cuidó, crió, educó y amó como hasta ahora.

Este escrito es para ti, por ti. Te amo mamita, te amo muchísimo, y si lo sabes tú, que lo sepa Dios, y que lo sepa el mundo entero.

Que la distancia nunca sea impedimento para ser tan cercanas como siempre. Te extraño mucho. 

2 comentarios:

  1. Hermoso bolio, simplemente un reflejo de una gran mujer una gran hija...hermoso..atte Andrés T.

    ResponderEliminar
  2. Chelita, mi vida. Casi me haces llorar. Creo que ser madre te acerca de manera muy especial con quien a su vez te dio el regalo de la vida. La distancia física no importa, porque el lazo entre madre-hija hijo-abuela es un círculo perfecto e irromplible de amor.
    Te quiero mucho. A ti y a mí también nos vino bien ser tan cercanas, aunque la vida nos lleve por caminos distintos siempre eres mi mejor amiga.

    ResponderEliminar