En "La Azotea" se chelea de cooperacha
Entre caguamas de a veinte pesos, servidas en vasos de plástico, y al ritmo de “en cualquier tronco te atoras/ y le das vuelta, con tus ramitas que se enredan donde quiera/ y si es que otros se animan/pues buena suerte, a ver si no se espinan/”, que sale de una sinfonola, los estudiantes de la ENEP Aragón disfrutan de un rato agradable en compañía de sus cuates.
Es “La Azotea”, donde se chelea de a cooperacha.
No importan sus paredes ni sus columnas un tanto maltratadas, en donde una de ellas aún exhibe el recuerdo de la huelga de 1999: CGH. El viernes, a Lupita le tocó poner quince varos; para la próxima, ella gorrearé la cerveza.
Focos pelones y el suelo de cemento, además de algunas pinturas abstractas, son parte de este pequeño lugar que está frente la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) plantel Aragón.
Un espejo rectangular con marco dorado sobresale de esta decoración “Es para la suerte” comenta César, quien asiste a La Azotea cada viernes con sus compañeros de la carrera de Ciencias de la Comunicación.
El baño de mujeres, aunque está limpio, no cuenta con el servicio de luz.
“Aquí venimos a platicar, a cantar y a chupar”, dice Javier quien tiene abrazada a su novia en el lado derecho, y en el izquierdo sostiene un cigarrillo y su guama.
En este lugar cerrado, la vista se nubla y el olor penetrante en la nariz de las diferentes marcas de cigarros, que en cada mesa de plástico blanco se ven, hacen que el calor se encierre.
Música versátil, desde rancheras, pasando por rock, hasta salsa, son las rolas que se escuchan, mismas que son acompañadas al unísono de los estudiantes ahí reunidos.
Como en cualquier bar, siempre existe la mesa de los borrachos empedernidos, que llegan a partir de las ocho y se van “hasta que el cuerpo aguante”.
Las mesas se confunden entre sí: el lugar es chico y hay poco espacio entre una y otra.
Existen más lugares en las inmediaciones de la ENEP Aragón, entre los que se encuentran “El Hospital”, “El doctor”, “Los nachos”, “Doberman” y “Harvies”, sitios que desde el jueves tienen cupo lleno.
Los conceptos son variados, pues mientras en algunos la música es bohemia, otros son una copia fiel de un antro, del que ya no hace falta tener plan para seguir la fiesta: estos lugares ofrecen de todo un poco.
Tomado de "Tira de materias" una sección
del periódico "La Crónica de Hoy", cuya edición
terminó hace unos años. El texto es mío en su totalidad
y fue publicado el 17 de septiembre de 2003
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